Canal de Panama (Foto Archivo) |
Aunque el consorcio Grupo Unidos por el Canal (GUPC) mantiene las obras de ampliación a pesar de que hoy es la fecha tope para suspenderlas, los trabajos marchan a paso de tortuga sin que se vislumbre una solución.
La Autoridad del Canal de Panamá (ACP) indicó que el ritmo del trabajo ha bajado al 25 por ciento o menos,
y reiteró que la negociación será dentro del contrato, ya violado por
el grupo constructor de la tercera esclusa con esa actitud.
El
GUPC, integrado por la española Sacyr Vallehermoso y la italiana
Impregilo con el 96 por ciento de las acciones, y las minoristas Jan de
Nul, de Bélgica, y Cusa, de Panamá, con el resto, reclama mil 600
millones de dólares por sobrecostos de los cuales responsabiliza a ACP.
Un
economista de la Asociación de Empresarios de Panamá (Apede) Arístidez
Hernández, dijo que la ACP no puede depender de esa amenaza y continuar
sin una solución, pues mientras más demore mayor será el impacto que una
parálisis de la obra tendrá en la economía nacional.En consecuencia, el 30 de diciembre presentó un ultimátum de suspensión de las obras en 21 días si no recibía el pago,
que se cumple hoy 20 de enero, pero ayer el consorcio emitió un
comunicado en el que explica que no necesariamente tiene que concretarse
este lunes la amenaza.
Explicó que a corto plazo ese
impacto no será tan fuerte en el sentido de los ingresos planificados
pues al año siguiente de terminación de la obra el Estado debe ingresar
solamente 100 millones de dólares adicionales, después 279 millones y a
partir del tercer año se estabiliza en cerca de mil millones.
En
la región será fuerte por las grandes inversiones que se están
haciendo, como el caso de Estados Unidos donde suman 46 mil millones en
más de 70 proyectos, así como Colombia, Jamaica y otros países que
ejecutan planes también en preparación de la era postpanamax que
cambiará el ritmo del comercio marítimo.